Como parte de los Especiales STAR+ rumbo a Qatar, Lisandro Martínez conversó con Sebastián Vignolo En Primera Persona, desde Inglaterra.
El jugador de Manchester United habló de su presente, sus sueños y su actualidad con la Selección Argentina, de cara al inicio de la Copa del Mundo.
A continuación, las mejores frases:
“Estoy muy bien, muy feliz con esta nueva etapa en Manchester United, jugar en Old Trafford con el estadio lleno es una adrenalina tremenda que te hace querer ir atrás de cada pelota, jugar al máximo y que la gente esté conectada con nosotros”.
“Jugar en Old Trafford tiene algo especial, entras a la cancha y ves que no termina el estadio. Hay mucha gente apasionada metida en el partido, están en cada pelota, en cada gol, eso te contagia, es diferente”. Sobre las sensaciones del partido contra Liverpool, donde el estadio gritaba al unísono “Argentina, Argentina”: “Después del partido me lo dijo mi novia, pero durante el partido no me di cuenta con las pulsaciones a mil. Es lindo que la gente te reconozca”.
Sobre cómo se toma la responsabilidad de estar jugando en un equipo como Manchester United: “Trato de tomarme las cosas con calma, primero que nada, poner los pies sobre la tierra y tratar de utilizar todo eso en el buen sentido”.
Sobre la previa al Mundial: “Uno va contando los días, estamos entusiasmados y se empieza a generar esa adrenalina de que ya empiece, pero también nos pasa que cuando termina la estadía con la selección queremos que llegue ya de nuevo porque nos extrañamos mucho, los mates, las charlas. En definitiva, a los chicos, eso es lo que uno extraña”. “Hay un grupo de selección, si bien uno a veces tiene más afinidad con alguno o con otro, como grupo estamos muy bien, muy fortalecidos. Lo lindo es que hay un mix, están los grandes los chicos, pero todos tiramos para delante, no hay diferencias. Seas quien seas, todos vamos por el mismo camino y eso es lo importante”.
Sobre su historia y su pasado antes del United: “De chico me acuerdo que estaba en la boludez, el tema de la calle, andar de noche con mis amigos, y ya tenía 13 o 14 años y mis padres siempre creyeron en mí, sabían de mi potencial. Mis viejos veían mi situación y mi papá, que era albañil en ese entonces, me dijo que vaya a trabajar con él y me acuerdo que tenía que estar 7.30 am llegue a las 10 am mal dormido. Llegué desesperado en la bici y me mira re enojado y me dice “vení, ¿Te das cuenta que esto no es para vos?” Yo había desaprovechado la oportunidad de irme a Newell’s. Fui a hacer la prueba, pero extrañaba, aguanté tres días y me volví. No me voy a olvidar más de cuando me dijo “vas a laburar conmigo”. Laburé un día y quedé fundido. Al año siguiente tuve la posibilidad de probarme de nuevo, quedé y aguanté. Mi mamá hasta el día de hoy trabaja en una escuela, es docente, los dos siguen trabajando. Mi papá también es docente hoy”.
Sobre los momentos duros en la infancia: “Nosotros comíamos al mediodía. Yo vivía en lo de mi abuela y ahí estaban mis primos, en un terreno había tres casas y vivíamos todos ahí. Uno de chico no dimensiona que tenés que comer a tal hora, el almuerzo, la cena. Teníamos una canchita que habíamos armado, jugábamos a la pelota, comíamos íbamos a la escuela y teníamos que irnos temprano. Se almorzaba y a la noche la cena era una taza de té y pan o galleta. A la noche comíamos eso. Es es duro porque uno realmente no quiere que le falte nada en la mesa, pero hoy de grande me doy cuenta que eso es algo que me motiva el triple, en cada entrenamiento doy el 100 por cien y trato de ayudar a todos y a la hora del partido también busco dar el máximo”.
“Sigo siendo el mismo que jugó en Defensa y en Newell’s. Si hay algo que me gusta cuando voy a mi ciudad es ir a lo de mi abuela, ella ya no está, pero es un lugar de tranquilidad. La siento conmigo todo el tiempo, y cuando voy se me olvida todo. Ahí vuelvo a estar con mis primos, mis tíos y me doy cuenta que uno no necesita grandes cosas”.
“Uno tiene que quedarse con lo que uno siente y yo siento que mi abuela está conmigo en cada jugada. Para mí fue muy duro, justamente en la Copa América se murió mi abuelo que era un amigo, nos contábamos todo, y no pude despedirlo por la pandemia y porque estábamos en una burbuja. Lo hablé con Cuti y Moli y les conté que había fallecido mi abuelo, pero a nadie más porque no que quería generar nada y demostrar fuerza. Pero mis abuelos son personas que quisiera estén conmigo todo el tiempo y que sean eternas”
“No siento que tenga que demostrar más porque me pagaron esto o aquello. Uno tiene que ser el de siempre, el que dejó todo en Defensa y en Newell’s. Ahí hay presión, cuando empezás a jugar al fútbol. En el debut no me fue del todo bien en Newell’s y tuve que buscar mi camino por otro lado, Defensa me abrió las puertas y confió en mí. Me dieron la posibilidad de demostrar lo que podía dar. La verdadera presión la sentí en Newell’s donde nadie me conocía, no me daban la confianza o no estaba a la altura para esto o aquello”.
“Íbamos juntos en el auto, compartíamos la nafta, íbamos cinco, Pochettino, Kaprof, Moli y Lolo Miranda. Peleábamos para ver quien manejaba, para no gastar plata”.
Sobre la primera vez que vio a Leo Messi: “Lo vi por primera vez en Madrid, en mi primera citación con la Selección. Entro al hotel porque teníamos que comer y empiezo a saludar y de repente lo tengo de frente y le doy la mano. Él me quiere abrazar y me quedo duro, y ahí le di un abrazo pero fue impactante, no lo podía creer. Yo estaba jugando en Defensa y pasar de eso a jugar en la Selección y ver a Leo, fue impactante”.
“Me tatué la copa, la mayoría nos tatuamos la copa”. Sobre recuerdos de mundiales pasados: “Me acuerdo del 2014 porque estaba en la pensión de Newell’s y fue terrible, me acuerdo del gol que le anularon a Higuaín”.
Sobre Ronaldo como compañero: “Es muy buena persona, me trató muy bien desde que llegué, es una leyenda”. Sobre sus ídolos: “Mi ídolo es Heinze, no solo es entrerriano como yo, lo seguía mucho de chico. El venir a Manchester donde él también jugó es una locura. Se lo dije, lo sabe”.
“Mi novia me acompaña desde hace un tiempo largo, descontractura todo. A mí me volvía loco a veces la forma en la que perdíamos, pensaba que se podía haber dado más como equipo o me enojaba por un gol al último minuto y no podía controlar ese enojo. Llegaba a mi casa y quería romper todo y que no me hable nadie, ni siquiera contestaba mensajes. Un día llego al departamento en Ámsterdam, estaba mi novia y me da un abrazo. La abracé y me fui a mi habitación donde me puse a reflexionar y pensé para mis adentros ‘hay que parar la mano porque así no es la cosa’. ¿Cómo puede ser que la persona que está a mi lado se tenga que comer esta? Le pedí disculpas y ahí entendí que el lado humano hay que llevarlo por otro lado, hay que separarlo de lo futbolístico. Mi pasión es el futbol y me vuelvo loco, pero hay que tratar de controlarlo”.
“Los jugadores argentinos a cada lado que vamos damos más del 100 y no nos interesa si nos pagan por tal plata, nosotros nos olvidamos de eso, entramos al entrenamiento a darlo todo y eso no se paga con nada. No pensamos solo en nosotros, somos más de lo colectivo, hablamos con el utilero, el cocinero, involucramos a todos”.
Sobre el Mundial en puerta: “Nosotros estamos muy ilusionados, pero también estamos tranquilos, sabemos lo que tenemos que hacer, paso a paso y más que nada estamos disfrutando este momento. Creo que las cosas están saliendo muy bien. Tenemos que ir partido a partido no volvernos locos, sabiendo que este es el camino. Con humildad, sencillez, trabajo en equipo, las cosas van a salir solas”.